domingo, 28 de agosto de 2011

World.

Y sé que la felicidad está tejida con jirones de ilusión, y que la ilusión la fabrica uno mismo con las fuerzas que le quedan después de haberlo perdido todo; y que no hay nadie como un niño para poner en pie ese sueño, que es el más difícil del mundo. Uno espera siempre lo mejor del porvenir. Cada navidad brinda porque tiene la esperanza de que todo empiece de nuevo. Y este año mi carta a Papá Noel tiene más sueños que nunca, porque por mucho que sea el peso del pasado, la única forma de sentirse vivo es tirar para delante con uñas y dientes, e inventarse nuevos sueños. Y así va a ser. El mundo va a tener que ponerse mucho más hijo de puta si quiere verme rendirme.


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