miércoles, 27 de febrero de 2013

Y esas son las cosas "de la edad", dejas de tener esos bucles que se te hacían en el pelo cuando eras niña, y aprendes a escribir "van gogh" correctamente, tachas ilusiones como días en el calendario y te olvidas de las cosas pequeñitas, de las sonrisas de complicidad y de las orejas detrás de las puertas. Creces, y a la vez, encojes.. Llega un día y un momento en el que eres más pequeñito que nunca y no puedes explicarte por qué. 

Intentas acordarte de algo que leíste, o buscas respuestas en canciones que escuchaste, pero ignoras lo que hace tiempo era tu primer recurso, tú.
Tienes el pelo más largo, o más corto...Calzas tres, cuatro o siete números más, y has dejado años tras tus espaldas, pero incluso tras haber pasado por tanto y haber ganado en experiencia , pasas por alto ese detalle; tú sigues siendo el niño que tanto ignoraba, y sin saberlo tanto sabía. Ahora sabes que debes confiar en ti. Irónico que hayan sido las "cosas de la edad" las que te hayan hecho descubrir esa verdad oculta, esa verdad tan pequeñita que proyecta en gigante todo lo bueno de ti.

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